Cuando uno es Entrenador de Fútbol y se
hace cargo de dirigir a un equipo, contrae una serie de responsabilidades y “cargos”
a los que debe atender, de mayor o menor importancia y muchos de ellos con gran
relevancia para otras personas.
Uno de tantos, es el confeccionar la plantilla
que defienda y represente al club para el que trabajas y que debes dirigir,
escogiendo a los mejores jugadores que se considere para tener el mejor equipo posible.
Evidentemente, esto no deja de ser una
cuestión de “gustos”, ya que cada uno puede valorar distintamente a cada jugador
y defender una opinión de sus características y cualidades deportivo-futbolísticas,
e incluso cada cual, puede pensar en roles o demarcaciones diferentes para un
mismo jugador (he tenido jugadores que todos aseguraban y veían en un puesto
específico y para mí, su lugar era otro bien distinto).
Aquí hay que tener en cuenta muchas circunstancias
y variables para poder “acertar” en las decisiones a tomar, no sólo sirven las
valoraciones objetivas (o subjetivas diría yo) de la “calidad” futbolística del
individuo, hay otras muchas circunstancias que se deben sopesar a la hora de
confeccionar la plantilla y elegir (número de jugadores que formarán el equipo,
jugadores por puestos, asociaciones efectivas entre algunos, compromiso del
individuo, disponibilidad, estado mental, emocional, físico, de salud (lesiones),
experiencia o juventud, situaciones especiales, ….)
Se trata de buscar la plantilla más
competitiva, adecuada al jugar pretendido (¿o esto es al revés?) y con las
variantes que creamos puedan servirnos para llegar con ella hasta el final del
campeonato. Aunque parezca mentira y, a veces una excusa de cara a los
jugadores, todos estos “detalles” son tenidos en cuenta a la hora de
confeccionar el equipo y, por ende, realizar los “descartes”.
Para un entrenador (doy por sentado que es algo general), los “pesados descartes”, y no lo digo despectivamente si no todo lo contrario, es una de las responsabilidades más comprometidas, delicadas y desagradables de nuestro trabajo.
Tener que comunicar a algunos Futbolistas, independientemente de la
causa por la que se haya llegado a tomar la decisión, que no vamos a contar con
ellos …… es un paso amargo y poco gustoso de hacer, pero ….. como bien he
referido antes, entra dentro de nuestro cometido como “directores de orquesta”.
Pero es que …. ver como algunos Futbolistas que, con toda la ilusión
del mundo, comprometidos con la causa y unas ganas de darlo todo increíble, se
tienen que quedar fuera de la plantilla y encima ser el portador de tan mala
noticia, no deja de parecer cruel y hasta “antideportivo”, pero este mundo está
hecho así, cada equipo debe llegar a “la batalla” con sus mejores armas (o las
que el cuerpo técnico crean que son estas) y no entiende de sentimientos, pesadillas,
amistades, ni del disgusto de muchos.
Así que …. desde estas líneas quiero dejar
constancia de la aportación, y que sirva de homenaje, de esos Futbolistas que ven truncadas sus
ilusiones, teniendo que cambiar de expectativas de buenas a primeras sin, a
veces tiempo para reaccionar, recibiendo sólo a cambio por tan duro golpe una
palmadita en la espalda y una “excusa” que nunca llegará a convencerles y que
quizás, les deje marcados para el resto de su vida deportiva.
A todos esos que he tenido el placer de
conocer pero la desafortunada necesidad de descartar, desearos mucha suerte,
animaros a que continuéis adelante con vuestro sueño y os agradezco vuestro
trabajo y “comprensión” por la decisión que tuve que tomar.
Descartados =
Futbolistas = Nuevos Objetivos
Cachola 4