Las aficiones gritando con vehemencia, defendiendo con intensidad a su equipo, se nota la importancia del duelo y se palpa en el ambiente que no se trata de un partido más.
Ambos equipos se pelean en cada acción, no hay tregua que valga, agresivos como guerreros defienden sus intereses sin dejar que el rival tenga la mínima ventaja.
No se regala nada, se defiende y ataca sin cesar, el entorno se caldea y parece imparable esa creciente nota bélica que envuelve el terreno de juego y que hace que todos se sientan protagonistas de la batalla.
No hay excusas, cada hinchada debe defender su bandera, debe demostrar su orgullo, fiereza, sentimiento de pertenencia, fidelidad, .... hay que darlo TODO por demostrar que se puede contar con ellos, para lo que se les pida, no se discute el insulto, no se denuncia malas actitudes, todo lo contrario, se premia y toma como propia.
La situación está llegando al límite, la batalla está muy igualada, por momentos descontrolada por lo que los árbitros vestidos de Policías deben actuar más de lo que quisieran y enfrentarse con unos y otros, independientemente de los colores, ellos deben ser neutros y buscar que el juego sea limpio, o al menos, no sea discriminado y llegue a ocasionar daños por los que luego haya que sancionar al infractor por la gravedad del mismo, aunque con ello se y tengan que jugar la "vida".
La presión es inevitable, parecía mentira que tan sólo se llevara unos minutos, no es posible que se haya jugado tanto en tan poco tiempo, incluso sería difícil de analizar las estrategias, de hecho ni siquiera podría decir quien iba ganando, ha sido todo muy .....
Ultras?. FUERA DEL FÚTBOL POR FAVOR!
Cachola 4